Novedades: Turbopotamos gira en Argentina - Buenos Aires

“Somos los Turbopótamos, por primera vez fuera del Perú”. Tras esas palabras de presentación de su cantante y principal compositor, Humberto Campodónico, el grupo arrancó con “El Tiburón”, un filoso ska rebosante de guitarras de texturas pospunkies con interludios rítmicos a go-go.
Eran más de las 23 y antes había tocado Los Barreiro, todo en el marco del ciclo “Music is my girlfriend” que organizan los responsables del sello Scatter, verdaderos “gestores culturales” de la escena garage no sólo argentina sino latinoamericana.
La presentación de este grupo era muy esperada, ya que, junto a Manganzoides (que estuvieron tocando en nuestro país en julio de este año) y Vaselina, forman parte de lo más “granado” de la actual escena peruana.

Lima es una ciudad que junto a Buenos Aires, Montevideo, México, Porto Alegre y Río de Janeiro forma parte de la avanzada de grupos latinoamericanos que se regodean visitando viejos ritmos y renunciando a la creación de “nuevos sonidos”.
En consecuencia, era lógico que hubiera muchos espectadores en el sótano del Unione –la mayoría de ellos, expertos “iniciados” en el género. Justamente, entremezclados entre los aproximadamente 30 residentes peruanos en Buenos Aires, se podían localizar entre el público a algunos periodistas de rock y a muchos músicos locales conocedores del género (como el bajista de The Tormentos, el baterista de Los Kahunas y el guitarrista de The Giraldos).

Con una formación de guitarra rítmica y voz, bajo, batería y guitarra líder, Turbopótamos hizo un set de doce temas, la mayoría de ellos pertenecientes a su segundo y último disco, “No love”. Si tuviésemos que situarnos en una hipotética taxonomización del “cuerpo” de la música garage, podríamos ubicar al sonido del grupo en el costado más pop, ya que privilegian las melodías vocales y se vuelcan sin tapujos hacia los ritmos ska. Un ska tratado no a la manera punk, sino rockabilly. Skabilly. Aunque suene extraña la descripción esbozada, quien escuche al grupo entenderá inmediatamente de qué estamos hablando. Por ejemplo, “Elisabel”, el tema que tocaron en segundo lugar, empezó con un repiqueteo de toms a go-gó, mientras que las guitarras estuvieron durante todo el tema situados en la clave rhythm&blues.

O “El ratón matón”, donde una guitarra marcaba el ritmo ska y el bajo remitía a otras geografías caribeñas no jamaiquinas. El show no decayó en ningún momento, aunque, obviamente, por una cuestión de “familiaridad”, los temas más celebrados por la concurrencia fueron los que están en el disco “Turbopótamos”. Así, el cover de “La novia” de Jonathan Richman, y “Nakever”, ambos pertenecientes al primer álbum y tocados en ese orden cuando promediaba el show, fueron aclamados.
Luego de Turbopótamos subió a escena The Tandooris.

Y mermó el auditorio.